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  LA DIRECCIÓN DE UNA IGLESIA LOCAL
 

Ministerio profético: Abriendo los ojos.

 

LA DIRECCIÓN DE UNA IGLESIA LOCAL

 

SEGÚN LA ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES.

Por Cheng Chou

 

Y conoceréis la verdad y la Verdad os hará libres de: mandamientos de hombres, de doctrinas de demonios, de falsas profecías, de los falsos profetas y de las alteraciones, anulaciones y añadiduras de muchos versículos de la Biblia que ha hecho la religión católica y sus aliados, para justificar sus falsas doctrinas.

 

Hemos dicho: que la Biblia es y debe ser nuestra única regla de fe y practica en asuntos espirituales, morales y prácticos. Y que para edificar aquella Iglesia Primitiva, que edificaron los Apóstoles del Señor Jesucristo, TENEMOS, que enseñar y practicar la única enseñanza que ellos nos dejaron escrita en todo el Nuevo Testamento, sin quitarle ni añadirle. Toda edificación, se hace conforme al plano que creó su diseñador. Por lo tanto, si deseamos edificar la Iglesia de Jesucristo en una ciudad o en un municipio, tal y como lo hicieron Sus Apóstoles y Sus Profetas, tenemos que hacerla con el único Plano que Sus Apóstoles nos dejaron escrito. ¿Cuál es éste único Plano? En efesios 2. 20, encontramos éste único Plano. Aquí nos dice: Edificado sobre el Fundamento (enseñanza) de los Apóstoles y los Profetas, siendo la principal Piedra de Ángulo Jesucristo Mismo.

 

Así que, ya sabemos, que para edificar la Iglesia de Jesucristo en una ciudad o un municipio, tenemos que hacerlo con el único Fundamento o enseñanza que ellos nos dejaron escrita. Este único fundamento, no solo nos traza las pautas para edificar la Iglesia de Jesucristo, sino también nos enseña como era dirigida cada Iglesia local establecida por los Apóstoles del Señor Jesucristo. Según la Enseñanza de los Apóstoles, ¿Cómo eran dirigidas las Iglesias locales, que ellos edificaron en cada ciudad y en cada localidad? Ellas, ¿Eran dirigidas, por un pastor, o una pastora, o por un grupo de personas, los cuales eran llamados: ANCIANOS? He aquí el Plano para RECOBRAR la dirección de aquella Iglesia Primitiva que fundaron los Apóstoles del Señor Jesucristo:

 

CADA IGLESIA LOCAL ESTABLECIDA POR LOS APÓSTOLES, ERA DIRIGIDA POR ANCIANOS Y DIACONOS: En mateo 18:17, leemos la siguiente frase: que se lo diga a la Iglesia. Esto es igual: dilo a los ancianos que dirigen la Iglesia. Los ancianos son los que tienen la responsabilidad delante de Dios de administrar los asuntos espirituales y materiales de cada Iglesia local. Una Iglesia local establecida según la Enseñanza de los Apóstoles, está compuesta por: ancianos, diáconos y diaconizas. Y entre los ancianos hay: apóstoles, profetas y maestros o pastores. En Filipenses 1: 1 leemos: Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo que están en Filipo, con los ANCIANOS Y DIACONOS. Aquí el Apóstol Pablo menciona primero a los santos, los cuales son: todos los cristianos que se reunían como la Iglesia de Jesucristo en Filipo. Luego, menciona a los ancianos y los diáconos, los cuales son los que estaban dirigiendo la Iglesia de Jesucristo en Filipo. Por lo tanto, la Iglesia de Jesucristo en Filipo, era dirigida por: ANCIANOS Y DIACONOS. Los ancianos y los diáconos son los responsables de llevar sobre sus hombros, la dirección y administración, de los asuntos espirituales y materiales de una Iglesia local. Esa es su función para la cual han sido designados.

 

Todas las Iglesias locales establecidas por los Apóstoles, eran dirigidas por ancianos y diáconos y nunca  por un solo hombre o una mujer. El establecer en una iglesia local a un hombre como pastor o a una mujer como pastora, es el patrón antibíblico, que los Concilios evangélicos y la mayoría de las iglesias evangélicas independientes han establecidos. Ellos han desechado el Patrón apostólico que los Apóstoles establecieron. Es por eso, que la mayoría de sus enseñanzas no armonizan con la enseñanza que los Apóstoles de Jesucristo enseñaron y practicaron.

 

Dios nos ha dejado Su Patrón divino, para que Sus Iglesias locales sean dirigidas. En Hechos 15:2, 6 y 22, Vemos, que la Iglesia en Jerusalén estaba dirigida por: Apóstoles y ancianos. El verso 2, menciona a la Iglesia, los Apóstoles y los ancianos. Luego, el verso 6, menciona a los Apóstoles y los ancianos, resolviendo los asuntos espirituales y materiales de una Iglesia local. El verso 22, menciona la conclusión a que llegaron: los Apóstoles, los ancianos y la Iglesia en Jerusalén sobre el asunto que trataron.  En hechos 13: 1, vemos, que la Iglesia en Antioquia era dirigida por cinco personas, a quienes le llamaban: profetas y maestros. En Hechos 14: 23, vemos, que los Apóstoles establecieron ancianos en cada Iglesia local. En Hechos 21:17, vemos, que el Apóstol Pablo mandó a llamar a los ancianos que dirigían la Iglesia en Efeso. En Tito 1:5, vemos, que el Apóstol Pablo le ordenó a Tito, que estableciera ancianos en cada Iglesia. En todos estos versículos, hemos visto, que cada Iglesia local era dirigida por varias personas, a quienes les llamaban, ancianos. Estos es lo que la Biblia nos enseña, con respecto a la dirección de una Iglesia local. Nunca tuvo en la mente de los Apóstoles del Señor Jesucristo, poner a una sola persona en la dirección de una Iglesia local.

 

El significado de la palabra obispo y su función en una Iglesia local. Obispo, ¿Es un título de autoridad que se le asigna a una persona, o es una de las funciones que ejerce un anciano en una Iglesia local? Veamos, lo que la Biblia nos enseña al respecto. En Hechos 20: 17 vemos, que el Apóstol Pablo mandó a llamar a los ancianos que dirigían la Iglesia en Efeso. Luego, en el verso 28 le dice: Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño (La Iglesia en Efeso) en que el Espíritu de Dios os ha puesto por obispos... Así que, por un lado, el Apóstol Pablo los llamó ancianos y por otro lado los llamó obispos. Esto significa, que los ancianos mencionados en el verso 17, son los mismos llamados obispos mencionados en el verso 28. ¿Qué significa la palabra, obispo? Obispo, significa: Sobreveedor, o el que ve las necesidades espirituales y materiales de antes mano en una Iglesia local. O sea, la sobre visión es un don que Dios le da a uno de los ancianos que dirigen una Iglesia local, para que vea por adelantado las necesidades materiales y espirituales de la Iglesia. Cuando un ancianos tiene el don de la sobre visión, ejerce su función junto con los demás ancianos. ¿En qué consiste el don de la sobre visión? Consiste en que el anciano que tiene éste don, ve necesidades materiales y espirituales en la Iglesia, que los demás ancianos no la ven. Por ejemplo: el anciano que tiene éste don, ve las necesidades de los hermanos, cuando ellos se reúnen como Iglesia o cuando va a visitarlo en sus casas. El ve y toma en cuenta los pequeños detalles que otros no ven. Por lo tanto, ser un obispo en una Iglesia local, no es un título que se le da a un anciano para que ejerza autoridad por encima de los demás ancianos, sino un don que Dios le da a un anciano, para que vea por adelantado las necesidades materiales y espirituales de los hermanos. Además, se mantiene vigilando y alertando a la Iglesia, sobre las asechanzas del Enemigo de Dios y sobre las doctrinas de los demonios.

 

¿Quién puede ser un anciano en una Iglesia local? Un anciano, no significa: una persona llena de vejez por los años. Cuando los Apóstoles mencionan la palabra anciano, en cuanto a la dirección de una Iglesia local, se refieren a la persona, que han alcanzado madurez en la vida práctica y espiritual en los asuntos de la Iglesia. Un anciano tiene que haber recibido de parte de Dios un don, el cual lo capacidad para dirigir la Iglesia junto con los demás ancianos. Pues, si no ha recibido de parte de Dios un don, no podrá ejercer su función en la Iglesia. Además, después, de recibir el don, tiene que ser enseñado, entrenado y aprender a coordinar los asuntos de la Iglesia con los demás ancianos. Por eso, su función como anciano en la Iglesia, depende de lo que ha aprendido conforme a la palabra de Dios, con respecto a la dirección de una Iglesia local. Para ejercer la función de anciano en una Iglesia local, hay que pagar un gran precio. Pues, para ejercer el ancianato que es según Dios, hay que aprender primero, para poder enseñar. Y para aprender, hay que desaprender. 

 

Los requisitos básicos que tiene que aprender un diacono que aspira a ser un anciano en una Iglesia local. Dios les exige varios requisitos a Sus Ministros, que dirigen una de Sus Iglesias locales. Para que un anciano ejerza su función correctamente en una Iglesia local, tiene primero que haber aprendido: (1) Las practicas de los asuntos materiales y espirituales de la Iglesia. (2) Tiene que  exhibir madure espiritual, cuya madure sea conforme a la palabra de Dios. (3) Tiene que ser apto para poder enseñar, guiar y entrenar a los hermanos conforme a la palabra de Dios. Además, conocer muy bien el Viejo testamento y el Nuevo Testamento, (4) un anciano debe estar casado con una sola mujer. (5) Ser sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no bebedor de vino, no contencioso, no codicioso de torpe ganancia, buena paga, honesto, amable, apacible, perdonador, no avaro (6) Gobernar bien su casa y tener buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del Diablo. (1 Timoteo 3:1-7).

 

Las características principales que tienen que exhibir los ancianos que dirigen una Iglesia local. Las características principales que tienen que exhibir los ancianos son: (1) servirles a los hermanos a través del ejemplo en todo. (2) Deben ser honestos, buena paga, justos, responsables, humildes, mansos, perdonadores, misericordiosos, generosos, temerosos de Dios, obedientes y fieles a la palabra de Dios. (3) y deben admitir sus errores y pedir perdón. (4) Deben sufrir,  soportar burlas, críticas y murmuraciones. Un anciano debe saber, que alguien se ofenderá con él por cualquier cosa que haga o hable. También, será malinterpretado, criticado y murmurado. Por eso, debe tener un corazón disponible para sufrir y soportar a los demás en amor.

 

CADA IGLESIA LOCAL, TIENE QUE SER DIRIGIDA POR: APÓSTOLES O EVANGELISTAS, PROFETAS Y MAESTROS O PASTORES: Los ancianos que dirigen una Iglesia local, tienen que haber recibido un don de parte de Dios y ser designados por Sus autoridades delegadas. En 1 Corintios 12: 28 leemos: Y a unos puso en la Iglesia, primeramente Apóstoles o evangelistas, segundo Profetas, tercero Maestros o pastores...De acuerdo a éste versículo, vemos, que es el mismo Dios que elige a los hermanos que van a dirigir una Iglesia local. Luego, de su elección, le da un don para que coordine y trabaje junto con los demás ancianos en la Iglesia. Por lo tanto, la elección de un diacono para designarlo como anciano en una Iglesia local, no depende de él sino del mismo Dios.

 

LA DESIGNACIÓN Y FUNCIÓN DE LOS APÓSTOLES. ¿Quién designa a los apóstoles y que función hacen en una Iglesia local? Veamos su elección y designación: En Hecho 13: 1- 2 leemos: Había entonces en la Iglesia que estaba en Antioquia, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que le llamaban Níger, Lucio de Cirene, Manaén y Saulo. Ministrando estos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra que los he llamado. De acuerdo a estos versículos, vemos, que cinco hermanos dirigían la Iglesia de Jesucristo en Antioquia. Estos hermanos eran conocidos como: Profetas y Maestros. Luego, vemos, que el Espíritu Santo ELIGIÓ a dos de ellos para hacer la obra de Dios: “el establecimiento de Iglesias locales en cada ciudad”.

 

Luego, estos dos profetas y maestros o pastores, se convirtieron en APÓSTOLES, cuando fueron ENVIADOS por la Iglesia de Jesucristo en Antioquia a hacer la Obra del Señor Jesucristo. El verso 3 y 4 dice: entonces, habiendo ayunado y orado, le impusieron las manos y los enviaron. Ellos, entonces, ENVIADO por el Espíritu Santo....anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. La palabra Apóstol significa: enviado. O sea, Apóstoles son los hermanos ancianos, que son elegidos por el mismo Dios, para predicar Su Evangelio y para que establezcan las Iglesias locales en cada ciudad y constituir en ella ancianos. Los profetas y maestros elegidos para predicar el Evangelio y establecer las Iglesia locales, son llamados: APÓSTOLES. En Hechos 14: 4 y 14 leemos: La gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los Apóstoles. Cuando lo oyeron los Apóstoles Bernabé y Pablo. Bernabé y Pablo, eran profeta y maestro en la Iglesia de Jesucristo en Antioquia, pero al ser elegidos y enviados a establecer las Iglesia locales en cada ciudad, se convirtieron en apóstoles. Es a la función que realizan que se le llama: “apóstol”.

 

LA FUNCIÓN DE LOS APÓSTOLES: ¿Cuál es la función de los Apóstoles en la Obra del Señor Jesucristo y en una Iglesia local? En la Obra del Señor Jesucristo su función es: (1) Predicar el Evangelio en una ciudad, en un campo o una aldea, Y luego, cuando han establecido una Iglesia, pasan a otra ciudad a hacer lo mismo. (2) Establecer ancianos en cada Iglesia local. (3) Enseñar, entrenar y capacitar a los ancianos que dirigen las Iglesias locales. (4) Predicar y enseñar en todas las Iglesias locales. En Hechos 14:21-23, vemos, que los profetas y maestros, convertido en APÓSTOLES, después de anunciar el Evangelio y hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, Iconio y Antioquia, confirmando los ánimos de los discípulo, exhortándole que permanecieran en la Fe...Y constituyeron ANCIANOS EN CADA IGLESIA. ¿Ve usted quienes son los que constituyen los ancianos en una Iglesia local? Esta es la Tarea de los APÓSTOLES. O sea, de los hermanos que predicaron el Evangelio y establecieron la Iglesia de Jesucristo en esa localidad.

 

LA FUNCIÓN DE UN ANCIANO QUE EJERCE EL DON DE PROFECÍA EN UNA IGLESIA LOCAL: La función de un anciano que ejerce el don de profecía en una Iglesia local es: (1) Estudiar las profecías bíblicas minuciosamente, que han salido de la boca de los profetas y siervos de Dios. (2) Enseñar cuales profecías bíblicas se han cumplido, las que se están cumpliendo y las que faltan por cumplirse. (3) Mantenerse vigilando y advirtiéndole a la Iglesia acerca de los falsos profetas y sus falsas profecías. (4) Enseñar y coordinar los asuntos de la Iglesia, junto con los demás ancianos.

 

EL PROFETIZAR TIENE DOS SIGNIFICADOS: El profetizar tiene dos significados: (1) Profetizar, es hablar de parte de Dios prediciendo señales y acontecimiento que se han de cumplir en el futuro. Por ejemplo: En Hechos 11:27-28, vemos, que unos profetas descendieron desde Jerusalén a Antioquia. Y levantándose uno de ellos, llamado: Agabo, daba a entender por el Espíritu Santo, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada. Efectivamente, ésta gran hambre ocurrió en el tiempo del emperador romano llamada: Claudio.

 

(2) El profetizar, es hablar de parte de Dios, también se hace por medio de: la edificación, la exhortación y la consolación a través de la palabra de Dios. (1 Corintios 14: 1.3) Por ejemplo: cuando vamos a la reunión y por medio de escuchar al predicador, sentimos y entendemos versículos bíblicos que no entendíamos. ¿Qué decimos en ese momento? Decimos: Dios me habló. También, cuando estamos pasando alguna prueba, y a través del predicador escuchamos unas palabras de consolación y como resolver ese problema o soportarlo. ¿Qué decimos? Decimos Dios me habló.

 

LA FUNCIÓN DE LOS ANCIANOS QUE EJERCEN EL DON DE MAESTRO O PASTOR: La función de los ancianos que ejercen el don de maestro o pastor es: enseñar la palabra de Dios pura, tal y como están escritas, sin añadirle ni quitarle para que los miembros de la Iglesia sean nutridos, con el alimento espiritual. A estos ancianos que se dedican a enseñar y a predicar, Dios nos manda a tenerlos digno de doble honor (1 Timoteo 5:17) Una Iglesia local es como un rebaño de ovejas y los ancianos, es decir, los Apóstoles o evangelistas, los profetas y los maestros o pastores, son los que las cuidan, las alimentan y las guían. El dirigir y enseñar una Iglesia local, es por medio del ejemplo y no por la fuerza ni ejerciendo el señorío. ¿Qué significa dirigir y enseñar la iglesia ni por fuerza ni ejerciendo el señorío? El Apóstol Pedro nos exhorta: Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también como ellos...dirijan la Iglesia de Jesucristo que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonestas, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado SINO SIENDO EJEMPLO DE LA IGLESIA. (1 Pedro 5:1-3).

 

¿Por qué Dios le exige a Sus Ministros que sean mansos, humildes y aptos para enseñar? Ah, porque los hermanos ponen por obra la palabra de Dios, no cuando él la enseña sino cuando ellos las entienden. ¿Entienden todos los hermanos al instante toda la enseñanza que escucha durante una, dos o tres hora? Es por eso, que los ancianos tienen que enseñar con mucha humildad y mucha paciencia. Pues, realmente, el entender la palabra de Dios, no depende de él, sino de Dios que da el crecimiento. El apóstol Pablo nos dice: Yo planté y Apolo regó, pero el crecimiento solo lo da Dios. (1 Corintios 3: 6-7).

 

¿COMO LLEGA UN HERMANO A SER UN ANCIANO? Dios ha establecido la forma para que un hermano llegue a ser designado como anciano en una Iglesia local. Para que un hermano llegue a ser un anciano: (1) Debe ser designado por los ancianos como un COLABORADOR. (2) Después de aprender la obediencia y la sujeción a la palabra de Dios y a Sus autoridades delegadas en Su Iglesia, será designado por los ancianos de esa Iglesia local como DIACONO. (3) Luego, cuando ha cumplido todos los requisitos descritos en 1 Timoteo capítulo 3, será designado por los APÓSTOLES como anciano. Los ancianos que son según la Voluntad de Dios, no se auto designan, sino que es el mismo Dios que los llama y los elige y le da el don de: Apóstol o evangelista, de profeta o de maestro o pastor, para que edifique a los hermanos. Realmente, el anciano sale de su función que ejerce en la Iglesia. Es su trabajo que va diciendo que función administrativa desempeñará en la Iglesia. Las funciones administrativas en una Iglesia local, NO SE REGALAN sino que se ganan por el trabajo realizado en la Obra del Señor Jesucristo. Para un anciano ejercer la función o don de maestro o pastor, debe enseñar solo la palabra de Dios como doctrina cristiana. También debe trazar muy bien la palabra de Dios (2 Timoteo 2:15). Además, debe retener y enseñar la palabra de Dios tal y como están escritas (Tito 1.9) No debe quitarle ni añadirle.

 

CADA HERMANO FUNCIONANDO EN LA IGLESIA DE ACUERDO A SU DON: Para que una Iglesia local funciones de acuerdo al Orden Divino, lo primero que hay que hacer es: definir las funciones de cada hermano y designarlos en sus respectivos puestos. Si en una iglesia local, no se designan los hermanos en sus funciones de acuerdo a su don,  todos se creerán que pueden hacer y deshacer. La indisciplina se manifestará en todas las áreas y tarde o temprano habrá muchos problemas. Cada Iglesia local es dirigida por: Apóstoles o evangelistas, profetas, maestros o pastores, diáconos, diaconizas y colaboradores. Así que, lo primero que hay que hacer es: reconocer y designar los ancianos, los diáconos, las diaconizas y los colaboradores, para que cada uno funcione en el área que le ha tocado de acuerdo a su don. Si una Iglesia local, no tiene definida y designadas sus autoridades, veremos a hermanos funcionando en el área que no le corresponde. Cada hermano tiene que conocer el don que Dios les ha asignado.

 

EL CORAZÓN DE LOS ANCIANOS: ¿Cómo debe ser el corazón de los ancianos que dirigen una Iglesia local? El corazón de los ancianos tiene que ser: puro, manso, humilde, honesto, perdonador, responsable y puntual. Porque ellos son el ejemplo de los hermanos. Entre la persona y su corazón tiene que haber una armonía. Es decir, entre lo que dice y enseña y lo que realmente él es. Su enseñanza tiene que corresponder conforme a sus hechos. En otras palabras: Debe enseñar a través del ejemplo más que con las palabras. (Tito 2:6-7)

 

Todo hermano que aspira a llegar a ser una autoridad en una Iglesia local, debe primero hacer morir sus malos hábitos. Si un anciano, un profeta, un maestro, o diácono, una diaconiza o un colaborador, no es capaz de justificar con hechos lo que dice y enseña, perderá su función en la Iglesia. Si el corazón de un hermano está desviado, aunque sea un poquito de lo que dice y enseña, ese hermano no podrá ser un buen ejemplo a los demás. Por lo tanto, no podrá dirigir ninguna función en la Iglesia. Un hermano que desea ser: un anciano, un profeta, un maestro o pastor, un diacono, una diaconiza o un colaborador, debe saber que tiene que hacer morir los malos hábitos. Pues, un mentiroso, un tramposo, un ladrón, un mala paga, un hipócrita, un engañador,  un malicioso, un hipócrita, etc., no podrá ocupar ningún puesto en la dirección de una Iglesia local.

 

Si su corazón de un anciano no ha sido entrenado y enseñado y disciplinado por la palabra de Dios, lleva consigo un problema conductual torcido y malvado. El éxito de la función de un anciano, de un apóstol, de un profeta, de un maestro o pastor, de un diacono, de una diaconiza y de un colaborador, depende de cuanto temor de Dios haya en su corazón. Pues, el temor de Dios es el que hace que aborrezcamos el mal, la soberbia, la arrogancia, el mal camino y el hablar perverso (Proverbio 8:13). Puede ser que un anciano, un profeta o un maestro o pastor, sea hábil para hablar y enseñar, y hasta haya aprendido muchas enseñanzas y conocimientos proféticos, pero si ha descuidado su corazón y nos lo ha entrenado y enseñado a reconocer y obedecer a las demás autoridades delegadas de Dios en su Iglesia, y a ser honesto, humilde, manso, puntual, responsable, etc. causará múltiples problemas. No importa cuan bonito hable un anciano que ejerce la función de: apóstol, profeta, maestro o pastor, o cuantas Escrituras se sepa, o cuanto conocimiento proféticos conozca, si su corazón no ha sido entrenado y enseñado y disciplinado por la palabra de Dios, lleva consigo un problema conductual torcido y malvado. Por lo tanto, tal hermano es alérgico a las correcciones, a escuchar consejos y a obedecer instrucciones. Por eso, su comportamiento desordenado, su hablar mentiroso, su vivir de doble moral lo sacarán del ancianato y de la Iglesia. ¿Cuál será su final? (1) comenzará a murmurar y criticar de los demás ancianos, con los hermanos que le creen y lo apoyan para formar su propio grupo. (2) Perderá el amor a las reuniones de la Iglesia. Por eso, asistirá poco a las reuniones. (3) Finalmente, se quedará en su casa, reuniéndose con unos hermanos, donde él sea el jefe, la ley, la batuta y la constitución. Es decir, donde él sea el todo.

 

Dios les exige a los ancianos ser el ejemplo de los hermanos en todo. Un anciano que ejerce la función de: apóstol, profeta, maestro o pastor, pero no da ejemplos familiar ni moral, tendrá muchos problemas con Dios y con la Iglesia. Pues, cuando todos los hermanos se vayan dando cuenta, que él enseña pero no le gusta que lo enseñen, ni que lo corrijan ni lo exhorten, Irán rechazándolo aunque continúe enseñando. Si un anciano no ha aprendido la obediencia la sujeción y reconocer la Autoridad de Dios que él ha delegado en los demás ancianos, ¿Podría él enseñarles a los hermanos la obediencia y sujeción a los otros ancianos? Imposible. ¿Ve usted por qué Dios le exige a los ancianos ser el ejemplo de los hermanos en todo? La obediencia y sujeción, a la Autoridad de Dios delegada en los ancianos, es una lección que tiene que aprender cada hermano y especialmente: los ancianos.

 

EL CARÁCTER DE UN ANCIANO: ¿Como debe ser el carácter de los ancianos que dirigen una Iglesia local? Dijo el hermano W. Nee, “que como sea el carácter de una persona, así  pensará, hablará y actuará”. El carácter está formado por hábitos. Una persona piensa, come y actúa por hábitos. Los hábitos delatan a la persona. Por lo tanto, el pensar, hablar y actuar de una persona depende de los hábitos conductuales que él tenga grabados en su cerebro. Si queremos conocer a un anciano, tenemos que analizar sus hábitos morales y espirituales. Pues, los hábitos dirigen a la persona.

 

Los ancianos tienen que conocer su don y cual es su trabajo en la Iglesia. Todos los ancianos tienen que haber sido enseñado, entrenado y disciplinados en todas las áreas, que corresponde a la administración y dirección de una Iglesia local. En otras palabras, tiene que conocer las exigencias y responsabilidades que le exige su trabajo de anciano. La reunión de ancianos para coordinar los asuntos de la Iglesia, es el lugar donde se prueban la paciencia, la humildad, la honestidad, la puntualidad, la responsabilidad y la paciencia de cada anciano. Cuando en una Iglesia local surgen disgustos, criticas, murmuraciones y desobediencia contra los ancianos que dirigen la Iglesia, casi siempre estas cosas contarán con el apoyo de un anciano o un diacono. La unidad de la Iglesia descansa sobre los hombros de los ancianos, los diáconos y los colaboradores. Por lo tanto, cuando hay disensiones, criticas y murmuración contra un anciano y su enseñanza, es porque un anciano o un diacono ha roto la unidad y se ha unido con los hermanos que aborrecen a ese anciano.

 

Cada anciano tiene que conformarse con el don que ha recibido de parte de Dios, para edificar Su Iglesia local. Además, debe valorar el trabajo y las virtudes de los otros ancianos. Cada anciano tiene que hacer morir en él, el hábito satánico de la envidia y el egoísmo. Pues, se ha dado el caso, de que una Iglesia local se ha divido, porque un anciano o un diacono no se conforman con el don que Dios le asignó, y comienza a envidiar el don que Dios le ha dado a otro anciano o a otro diacono. Entonces, comienza a hacerle la vida imposible a ese anciano o a ese diacono, para que se vaya de la Iglesia, para él tomar su lugar. Entonces, cuando no puede sacar al anciano o al diacono que él aborrece, le hace campaña de criticas y murmuración entre los hermanos, para que ellos lo aborrezcan también. Y cuando su malvado plan no se le da resultado, opta por quedarse en su casa reuniéndose con unos hermanos que él se ha ganado para su causa. Así, se crea una división llamada iglesia.

 

Los ancianos que dirigen una Iglesia local, tienen que tener un carácter estable. Para una Iglesia local sea edificada y se mantenga unida, es necesario que los ancianos, los diáconos y los colaboradores piensen, hablen y actúen en unidad. Todos deben tener un carácter estable. Un carácter estable no se adquiere por nacimiento, más bien, se obtiene a través del entrenamiento, la enseñanza y la disciplina. Si el carácter de los ancianos es inestable, así mismo será la Iglesia. ¿Qué significa tener un carácter estable? Significa: que cuando los ancianos han tomado una decisión, todos tienen que respetar y obedecer esa decisión. Ningún anciano puede cambiar o modificar la decisión que tomaron en una reunión. Si ellos la tomaron juntos, y hay que hacerle algún cambio o modificación, tienen que hacerlo juntos. Una ves que los ancianos han tomado una decisión, y esa decisión llega a ser un fracaso, todos ellos aceptan unánimes su responsabilidad. Pero si entre los ancianos hay uno que tiene un corazón inestable y desea ser el jefe de los demás, cuando una decisión tomada por ellos fracasa, él le echa toda la culpa a los demás ancianos, para que los demás hermanos vean, que él no estaba de acuerdo con esa decisión. Este hecho, demuestra que no hay unidad entre los ancianos. Un anciano temeroso de Dios, apartado del mal y que practica la justicia, no debe decir una cosa ahora y otra más tarde. El honor de un anciano temeroso de Dios es decir la verdad siempre, aunque por decir la verdad le sobrevengan pruebas.

 

UN ANCIANO QUE TIENE UN CARÁCTER INESTABLE: Cuando en una Iglesia local, hay un anciano que tiene un carácter inestable, los problemas no se acaban en esa Iglesia. Un anciano inestable, cae frecuentemente en problemas en su casa, en el trabajo y en la Iglesia. Una persona inestable se deja llevar fácilmente de rumores y empeora todas las cosas en la Iglesia. Cualquier rumor o crítica que le trae un hermano lo hace cambiar de parecer. Incluyendo, de una decisión que tomaron los ancianos. Un anciano con un carácter inestable, es capaz de tomar una decisión juntos con los ancianos y por el camino él decide cambiar esa decisión. Un anciano con un carácter inestable, tiene poco temor de Dios. Por eso, será una victima fácil de las astucias de Satanás y sus demonios. Un anciano con un carácter inestable, es lo que Satanás y sus demonios necesitan, para detener la edificación de la Iglesia y eliminar la unidad que tiene que existir entre los ancianos.

 

EL TRABAJO DE SATANÁS Y SUS SIERVOS ENTRE LOS ANCIANOS QUE DIRIGEN UNA IGLESIA LOCAL: El trabajo de los siervos de Satanás es: (1) Crear inestabilidad entre los ancianos. (2) Romper la unidad entre los ancianos, para que ellos no coordine juntos los asuntos de la Iglesia. (3) Sembrar en el corazón de un anciano: ambición, envidia, odio, crítica y murmuración contra los demás ancianos. Recordemos, las dos ocasiones en que Satanás tomó como instrumento a Pedro y luego, a Judas Iscariote para impedirle a Jesús realizar Su Misión. Con Pedro fracasó, pero con judas le dio buen resultado. Esto significa: que Satanás siempre tratará de corromper a un anciano, o a un diacono para dividir la Iglesia y traer problemas entre los hermanos.

 

Cuando Satanás pone envidia en el corazón de un anciano, para que ambicione el don y el puesto de otro anciano, comienza a criticar y murmurar a ese anciano, con el fin de sacarlo de la Iglesia. Pero como ya ha ocurrido, el que ha terminado de salir de la Iglesia es él. Pues, la Biblia dice, que lo mismo que uno siembra, es lo mismo que uno ciega. (Gálatas 6:7-8). Un anciano tiene que tener un carácter estable, cabal y diligente. Además, debe preocuparse constantemente por el estados de las ovejas (Proverbio 27:23). Es decir, que tiene que estar vigilando el estado material y espiritual de los hermanos. El carácter representa a la persona. Por eso, una persona es: lo que piensa, habla y hace. Si los ancianos que dirigen una Iglesia local son: temerosos de Dios, cabales, diligentes y estables, así mismo será la Iglesia: temerosa de Dios, cabal, diligente y estable.

 

LOS ANCIANOS SON SERVIDORES. Los ancianos son guías. Ellos primero hacen las cosas, y luego, los hermanos lo imitan. Los ancianos que son designados por Dios, salen del servicio que realizan en la Iglesia. Por eso, el anciano es un servidor. ¿Cómo debe ser su servicio o su trabajo en la Iglesia? Los ancianos tienen que tener un servicio lleno de humildad, obediencia y sujeción, para poder ser útiles en la dirección y administración de la Iglesia. Cuando los ancianos de la Iglesia en Mileto y Efeso tuvieron una reunión con el Apóstol Pablo, él le dijo: “Ustedes saben como he me comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia. SIRVIENDO al Señor Jesús con toda HUMILDAD, y con muchas lagrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos” (Hechos 20: 17’19).

 

La humildad, la mansedumbre, la obediencia, la sujeción y la honestidad, son las características que tiene que exhibir un anciano. La función de un anciano es su servicio y su servicio o trabajo, depende de su carácter. En el servicio que un anciano demuestra que en verdad es un anciano. No es que un hermano se ponga a predicar la palabra de Dios y se gane algunas personas y se ponga de anciano, y por eso es un anciano según la Voluntad de Dios. Tampoco, no es un anciano según Dios, cuando los hermanos eligen a un hermano como anciano. Los ancianos que son según la Voluntad de Dios, salen del servicio que han realizado en la Iglesia, después de pasar por muchos sufrimientos, muchas pruebas, muchas tentaciones, muchas críticas, muchas murmuraciones, y haber aprendido: las lecciones de obediencia y la sujeción.

 

Un anciano es o no es. Si Dios no ha designado a un diácono como anciano, él jamás será un ministro de las cosas de Dios, aunque los hermanos lo llamen ministro de Dios. Pues, realmente, quien es el ministro de Dios, no es la persona sino el don Dios obrando a través de él. Watchiman. Nee dijo: “donde el don de Dios no está administrando, quien lo hace son las habilidades humanas o la guiaza y dirección de Satanás a través de los demonios”.

 

Un anciano debe aprender a perdonar. Si un anciano no ha aprendido a perdonar, le causará muchos daños a la Iglesia y finalmente, su mal genio y sus malos hábitos terminarán con su función en la Iglesia. Un anciano demuestra que es humilde, manso, honesto, y que ha aprendido las lecciones de obediencia y sujeción, cuando es capaz de recibir consejos, exhortaciones, y soporta criticas y murmuraciones, y admite sus errores, se arrepiente y pide perdón. Un anciano debe saber, que tarde o temprano algún hermano cuestionará lo que enseña, y que les hará críticas a sus enseñanzas y que lo murmurará y tergiversará lo que dice. Un anciano tiene que saber que: todo el que enseña, cometerá errores y ofenderá ha alguien de lo que le escuchan. Por eso, un anciano debe aprender a perdonar. Solo una persona temerosa de Dios, apartada del mal, de la soberbia, la altivez y la vana gloria, y que ha aprendido las lecciones de obediencia, sujeción y perdonar, podrá ser un ministro de Dios, útil para edificar Su Iglesia en una ciudad.

 

Un anciano, para ser útil en la Iglesia, tiene que reconocer sus limitaciones. Tiene que aprender que habrá temas bíblicos que si él no los dominas no podrá enseñarlos. Debe reconocer y honrar a los demás ancianos. Debe saber, que todos los temas que vaya a enseñar, debe tomar un largo tiempo estudiándolos y examinándolos. También, un anciano enseñador, debe compartir con otros ancianos los temas que va a enseñar. Además, debe aceptar que le corrijan a sus estudios y sus enseñanzas. Un anciano tiene que examinar diariamente, la procedencia de sus conocimientos espirituales y la fuente de donde han procedido, para saber si en verdad está enseñando la palabra de Dios o conocimiento de humana sabiduría o doctrinas de demonios.

 

Un anciano se goza cuando otro anciano prospera en la Obra del Señor Jesús y alaba y exalta su ministerio. Un anciano temeroso de Dios y enseñado y entrenado conforme a la palabra de Dios, ha vencido el orgullo, la altivez, la vanagloria y las ambiciones satánicas. Por eso, nunca se cree con más autoridad que los otros ancianos aunque trabaje más que ellos. Tampoco se considera mas sabio que los demás ancianos aunque sea mas utilizado por el Señor Jesús en Su Obra. Un anciano temeroso de Dios y que ha tomado el camino del arrepentimiento para adorar y servirle a Dios, siempre reconocerá el don y el trabajo de los otros ancianos. Un anciano es puro, justo, temeroso de Dios, fiel, honesto, responsable y estable. Se goza cuando otro anciano prospera en la Obra del Señor Jesús y alaba y exalta su ministerio.

 

LOS ANCIANOS Y SUS CONCIENCIAS: la conciencia de un anciano tiene que mantenerse limpia de: odio, rencores, malos hábitos, de ambiciones satánica, de ansiedad por lo que no puede obtener, de robo, de malicia, de hipocresía, de la actitud de coger prestado y no pagar, de dar promesas y no cumplirlas, de hablar mentiras para obtener algo, de dar excusas para no cumplir sus responsabilidades y de echarles la culpa a otros por sus fracasos y de no admitir sus errores y su falta de humildad, obediencia y sujeción. Un anciano que desea ser útil en la Iglesia y permanecer en la Iglesia como miembro y como anciano, tiene que examinar diariamente su conciencia delante de Dios, para administrar la palabra de Dios con una conciencia limpia y sin ofensa delante de Dios y los hombres. El Apóstol Pablo nos dice: “Teniendo esperanza en Dios...de que ha de haber resurrección de los muertos así de justos como de injustos. Y por eso procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y los hombres (Hechos 24:14-15). La manera de un anciano mantener limpia su conciencia es: admitiendo y confesando sus errores, sus pecados y pidiéndole perdón a los hermanos que ha ofendido. Los ancianos son el ejemplo de la Iglesia en todo. Por lo tanto, los primeros que tienen que dar el ejemplo de confesar sus errores materiales y espirituales y pedir perdón son ellos. Pues, haciendo esto, enseñan a los hermanos a hacer lo mismo.

 

Un ministro de Dios, es el hermano que administra la palabra de Dios sin ofensas, sin odio, sin rencor, sin envidia, sin ambición satánica, sin crítica ni murmuración. Además, un anciano tienen que ser un siervo de Dios que no tiene de que avergonzarse. Un anciano tiene que ser transparente en todo lo que hace. Además, un anciano tiene que ser una persona honesta, responsable, cumplidora, buena paga, tener buen testimonio delante de los extraños, para que no caiga en descrédito y en lazo del Diablo.

 

LOS DIACONOS: ¿Quienes Son los diáconos? Dios a través de los ancianos designa a los diáconos de entre los colaboradores, para que trabajen junto con ellos, en los asuntos prácticos y espirituales de la Iglesia. Para que un diácono sea elegido de entre los colaboradores, tiene primero que haber demostrado, que es capaz de obedecer y sujetarse a la Autoridad de Dios delegada en los ancianos. El diácono: es el hermano colaborador que por su trabajo en la Iglesia y en la Obra del Señor Jesús, y su buen testimonio que ha exhibido en su casa, en el trabajo y en la Iglesia, es elegido por los ancianos para coordinar y trabajar en los asuntos  prácticos y espirituales de la Iglesia.

 

LA FUNCION DE LOS DIACONOS EN LA IGLESIA: La función de los diáconos en la Iglesia es: ayudar a los ancianos en los asuntos materiales y espirituales de la Iglesia y en la Obra del Señor Jesucristo, bajo de la dirección de los ancianos. Ellos son AYUDADORES en el trabajo de la edificación de la Iglesia, de los asuntos ministeriales y en la Mesa del Señor. (Hechos 6:1-6).

 

LOS REQUISITOS BÁSICOS QUE UN COLABORADOR NECESITA CUMPLIR, PARA LLEGAR A SER UN DIACONO: Los diáconos tienen que ser hermanos honestos, sin doble moral, no codicioso de ganancias deshonestas. (1 Timoteo 3: . Tienen que guardar el ministerio de la fe con limpia conciencia (1 Timoteo 3: 9). Para que los diáconos ejerzan su función adecuadamente y tener un servicio apropiado, delante de Dios y la Iglesia, deben primero tratar diariamente con las manchas (malos hábitos, su mal comportamiento) y las obras muertas que hay en su conciencia (O sea, pecados no confesados). La manera de limpiar su conciencia es: admitiendo sus errores, sus  pecados y confesándolos delante de Dios y los hermanos que él ha ofendido.

 

Los diáconos deben ser marido de una sola mujer y deben ser responsables de sus casas y de sus hijos. (1 Timoteo 3:12) Los diáconos que ejerzan bien su diaconado ganan para si un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús (1 Timoteo 3: 13). Antes de designar a un colaborador como un diácono, tiene que ser sometido a prueba primero y después, que haya pasado la prueba, designarlo como diácono, los que fueren irreprensibles (1 Timoteo 3: 10).

 

LAS DIACONIZAS: ¿Qué es una diaconiza? Es la hermana colaboradora, que se ha dado más al servicio de la Iglesia y en la Obra del Señor Jesús. Las diaconizas son las hermanas colaboradora, que son elegidas por los ancianos, para ayudar y cooperar en la edificación de la Iglesia. Las diaconizas son hermanas que han aprendido a servir, a obedecer y a sujetarse en todo a la Autoridad de Dios delegada en los ancianos. Es por su servicio, obediencia y sujeción, que son elegidas por los ancianos como diaconizas, para continuar trabajando junto con los ancianos y los diáconos en los asuntos materiales y espirituales de la Iglesia.

 

LAS FUNCIONES QUE EJERCEN LAS DIACONIZAS EN UNA IGLESIA LOCAL: Las funciones que ejercen las diaconizas son: (1) Realizar las tareas practicas que los ancianos le asignen. (2) Preparar la Cena del Señor, el pan y el vino, y los utensilios del lavamiento de los pies. (3) Ser ejemplo a las demás hermanas en conducta, en el vestir, en el hablar, en el actuar, en el servicio, y en la obediencia y sujeción a la Autoridad de Dios delegada en los ancianos. (4) Dirigir las reuniones de las hermanas. (5) Reunirse de casa en casa con las hermanas, para enseñarlas a cuidar de sus casas, sus hijos y amar a sus maridos, obedecer y sujetarse a sus maridos.

 

LOS REQUISITOS BÁSICOS QUE DIOS LE EXHIGE A LAS COLABORADORAS PARA LLEGAR A SER DIACONIZAS: Las diaconizas, tienen que ser hermanas que hayan aprendido el servicio, la obediencia y la sujeción a la Autoridad de Dios delegada en los ancianos de la Iglesia. Además, una diaconiza no puede ser: murmuradora, ni calumniadora, sino sobria y fieles en todo (1Timoteo 3: 11). Una colaboradora puede ser cualquier hermana. Pero, para ejercer la función de diaconiza tiene que estar CASADA. Pues, ella tiene que enseñarle con el ejemplo, a las demás hermanas, a cuidar sus casas y a sus hijos y a amar, obedecer y sujetarse a sus maridos. Por eso, si una hermana colaboradora no está casada, ¿Cómo podrá ser un ejemplo en todo a las demás hermanas? Una hermana de buen testimonio, pero no tiene marido, puede ser una colaboradora con los ancianos y las demás diaconisas.

 

LAS ANCIANAS: ¿Quienes son las ancianas en una Iglesia local? Las ancianas, son aquellas hermanas diaconizas, que por su trabajo y dedicación en la Iglesia, han alcanzado experiencias y madures espiritual en los asuntos prácticos y espirituales de la vida de la Iglesia. Las ancianas son las hermanas diaconizas, las cuales son elegidas y designadas por los ancianos, para que realicen los asuntos prácticos de la Iglesia. Las ancianas, son las hermanas que toman la delantera en todos los asuntos prácticos y necesidades de la Iglesia. Las ancianas, son elegidas y designadas, después de haber ejercido la función de diaconizas, y por su fiel trabajo, su obediencia y sujeción, su santidad, su honestidad y su responsabilidad y puntualidad, son elegidas.

 

LA FUNCION DE LAS ANCIANAS EN LA IGLESIA: La función de  las ancianas son: (1) Guiar y dirigir a las demás hermanas a través del ejemplo. (2) Tomar la delantera en el servicio, la obediencia y la sujeción a la Autoridad de Dios delegada en los ancianos, para que las demás hermanas las imiten. (3) Dirigir la reunión de coordinación de las hermanas. (4) Dirigir los asuntos prácticos de la Iglesia.

 

LOS REQUISITOS BÁSICOS QUE DIOS LE EXHIGE A UNA DIACONIZA PARA LLEGAR A SER UNA ANCIANA: (1) La ancianas tienen que estar casadas. Pues, ¿Cómo podrán serle de ejemplo a las demás hermanas si no están casadas? (2) Tener Un porte reverente. (3) Ser maestra en las prácticas de hacer buenas obras. (4) Enseñar a las demás hermanas jóvenes a amar, obedecer y sujetarse a sus maridos. (5) Amar a sus hijos. (6) Enseñarle a las hermanas a ser prudentes y sujetas a sus maridos para que la palabra de Dios no sea blasfemadas  (Tito 2:3-5)

 

Que el Señor Jesucristo, tenga misericordia de todos nosotros y nos enseñe, nos entrene, nos discipline y nos guié a toda justicia y a toda verdad, y nos de sabiduría, inteligencia, humildad, paciencia, sobriedad, longanimidad y honestidad, para apacentar la Iglesia de Jesucristo, que él ha puesto bajo de nuestro cuidado.

 

Para más información y contacto, el hermano Cheng Chou. 809-918-5588. 829-801-94-07 hermanochencho777@hotmail. Com.

 

BANAIBRITH@HOTMAIL.COM

 

La Iglesia de Jesucristo en Santo Domingo Norte

Apartado postal B-250. Santo Domingo, D. N. R. D.

 

 

 
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